Ataque de ansiedad: causas, síntomas y tratamiento en España
Un ataque de ansiedad es una experiencia de miedo o malestar intenso que puede durar de 10 a 45 minutos. Durante un ataque, se pueden presentar síntomas físicos como dificultad para respirar, palpitaciones, presión en el pecho y mareos. También existe el miedo a perder el control o morir. Estos episodios pueden ser desencadenados por situaciones estresantes, predisposición genética, abuso infantil o consumo de drogas. Es importante buscar ayuda profesional si se experimentan ataques frecuentes, ya que el tratamiento adecuado puede ayudar a controlarlos y prevenir trastornos más graves.
En este artículo vas a encontrar toda la información que necesitas escrita por nuestro equipo de psiquiatras y psicólogos de MH Salud Mental para que obtengas información de calidad y contrastada de los mejores expertos en salud mental. ¡Comencemos!
¿Qué es un ataque de ansiedad?
Un ataque de ansiedad es probablemente una de las vivencias más desagradables que existen, se trata de una experiencia abrumadora de miedo intenso y malestar, que puede durar de 10 a 45 minutos. Durante esta crisis, se presentan síntomas físicos como dificultad para respirar, palpitaciones, presión en el pecho, mareos y temor a perder el control o morir. Esta avalancha de sensaciones puede ser desencadenada por diversas situaciones estresantes, predisposición genética, traumas como pude ser el abuso infantil, consumo de drogas o tabaco.
Es importante entender que un ataque de ansiedad no es solo una respuesta emocional, sino que también se manifiesta a través de síntomas físicos. Es, por tanto, una experiencia compleja que puede generar un profundo impacto en la vida diaria y en las emociones de quienes lo experimentan. Conlleva un tremendo malestar y muchas veces los pacientes se sienten incomprendidos por las personas que les rodean.
Es fundamental identificar los factores desencadenantes y los síntomas físicos y emocionales asociados a los ataques de ansiedad. De esta manera, se podrá comprender mejor esta condición y buscar un tratamiento adecuado para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Los ataques de ansiedad no deben ser ignorados ni subestimados, ya que pueden evolucionar hacia trastornos más graves si no se abordan adecuadamente.
Factores desencadenantes de los ataques de ansiedad
Los ataques de ansiedad pueden ser desencadenados por diversos factores. Si bien cada individuo es único y puede tener desencadenantes específicos, existen algunos factores comunes que pueden contribuir a la aparición de estos episodios.
Uno de los principales factores es el estrés. Situaciones estresantes, como conflictos personales o laborales, pueden desencadenar un ataque de ansiedad en personas susceptibles. Además, la predisposición genética puede influir en la propensión a experimentar estos episodios.
El abuso infantil también puede ser un factor desencadenante importante. Aquellos que han sufrido traumas en la infancia tienen más probabilidades de desarrollar trastornos de ansiedad, incluidos los ataques de ansiedad.
El consumo de drogas y tabaco también está relacionado con la aparición de ataques de ansiedad. Sustancias como la cafeína, el alcohol y las drogas estimulantes pueden desencadenar episodios de ansiedad en algunas personas.
Es importante destacar que estos factores pueden interactuar entre sí y con la predisposición individual, lo que aumenta las posibilidades de experimentar un ataque de ansiedad. Identificar y comprender estos desencadenantes es fundamental para el manejo y tratamiento adecuado de los ataques de ansiedad.
Síntomas físicos de un ataque de ansiedad
Los ataques de ansiedad se caracterizan por la aparición repentina de síntomas físicos que pueden ser muy intensos. Estos síntomas suelen incluir:
- Falta de aire o sensación de dificultad para respirar.
- Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca.
- Presión o dolor en el pecho.
- Mareos o sensación de desmayo.
- Sudoración excesiva o sensación de calor.
- Temblores o sacudidas involuntarias.
- Náuseas o malestar estomacal.
- Hormigueo o adormecimiento en las extremidades.
- Dolor de cabeza o sensación de opresión en la cabeza.
Estos síntomas pueden variar de una persona a otra y su intensidad puede cambiar en cada episodio de ataque de ansiedad. Es importante tener en cuenta que estos síntomas son reacciones físicas normales del cuerpo ante una situación de estrés o peligro percibido. Sin embargo, es fundamental buscar ayuda profesional para recibir un diagnóstico adecuado y el tratamiento necesario para controlar los ataques de ansiedad.
Manifestaciones emocionales durante un ataque de ansiedad
Durante un ataque de ansiedad, es común experimentar una variedad de manifestaciones emocionales que amplifican la sensación de malestar. Estas manifestaciones pueden incluir:
- Miedo intenso y descontrolado
- Sensación de irrealidad o separación de la realidad
- Pensamientos catastróficos y anticipación del peor escenario posible
- Inseguridad y temor a perder el control
- Pánico y sensación de estar atrapado sin posibilidad de escape
- Despersonalización, sensación de estar desconectado de uno mismo
- Desesperación y sensación de impotencia
Estas emociones abrumadoras pueden llegar a ser paralizantes, afectando la calidad de vida y las relaciones personales. Es importante recordar que estas manifestaciones emocionales son parte del ataque de ansiedad y no reflejan la realidad. Reconocerlas y comprender su naturaleza transitoria puede ser de gran ayuda para manejar y superar los ataques de ansiedad.
¿Cómo diferenciar un ataque de ansiedad de otras afecciones?
Distinguir un ataque de ansiedad de otras afecciones puede resultar complicado debido a la similitud de los síntomas con otras condiciones médicas. Sin embargo, existen algunas características clave que pueden ayudar a diferenciarlos:
- Duración: Los ataques de ansiedad suelen durar entre 10 y 45 minutos, mientras que otras afecciones pueden tener síntomas más persistentes o fluctuantes en el tiempo.
- Síntomas físicos: Los ataques de ansiedad suelen presentar síntomas físicos como falta de aire, palpitaciones y presión en el pecho. Estos síntomas pueden ser similares a los de un problema cardíaco o respiratorio, pero en un ataque de ansiedad no se encuentran anomalías en los exámenes médicos.
- Contexto: Los ataques de ansiedad pueden estar relacionados con situaciones estresantes o desencadenantes específicos, como enfrentarse a una fobia o tener una experiencia traumatica. Otras afecciones médicas pueden presentarse independientemente del contexto emocional.
Es fundamental consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso. El especialista realizará una evaluación exhaustiva teniendo en cuenta los antecedentes médicos, los síntomas y los eventos desencadenantes. Además, puede ser necesario realizar pruebas adicionales como por ejemplo un electrocardiograma para descartar cualquier otra afección médica. Muchos pacientes tienen la sensación de estar sufriendo un ataque al corazón y como hemos explicado en algunas ocasiones los síntomas son similares por lo que ante la primera crisis de ansiedad está indicado hacer un adecuado estudio médico por un médico de familia o en urgencias para descartar una patología somática de gravedad.
Trastornos de ansiedad relacionados con los ataques de ansiedad
Los ataques de ansiedad pueden estar relacionados con diversos trastornos de ansiedad. Entre ellos, se encuentran por poner algunos ejemplos:
- Trastorno de ansiedad generalizada: caracterizado por una preocupación constante y excesiva que afecta diversas áreas de la vida diaria.
- Fobia social: miedo intenso a ser juzgado o evaluado negativamente por otras personas, lo que puede llevar a evitar situaciones sociales.
- Fobias específicas: miedo irracional y extremo hacia objetos, situaciones o animales específicos, como las alturas, los espacios cerrados, los perros, entre otros.
- Trastorno de ansiedad por separación: ansiedad y malestar intensos al separarse de las personas o lugares a los que se tiene un apego emocional importante.
- Sintomatología obsesiva: Es frecuente en paciente hipocondríacos que tienden a hiperanalizar cualquier síntoma a nivel físico.
Recuerda que todos podemos sufrir un ataque de ansiedad puntual en algún momento de nuestra vida y no por ello estar asociado a otras patologías mentales.
Estos trastornos de ansiedad pueden tener un impacto significativo en la vida cotidiana, afectando las relaciones personales, el rendimiento académico o laboral, y la calidad de vida en general. Es importante buscar apoyo profesional para recibir un diagnóstico adecuado y establecer un plan de tratamiento específico para cada caso. La terapia cognitivo-conductual y el uso de medicamentos pueden ser opciones eficaces para manejar y controlar estos trastornos y los ataques de ansiedad asociados a ellos.
Tratamiento médico y terapias para los ataques de ansiedad
El tratamiento para los ataques de ansiedad se centra en aliviar los síntomas y prevenir futuros episodios. En muchos casos, se utiliza una combinación de medicamentos y terapias.
Medicamentos
- Los antidepresivos como por ejemplo lo inhibidores selectivos de la recaptación de serotonia o ISRS, pueden ser recetados para reducir los síntomas de ansiedad y prevenir los ataques recurrentes. En nuestra opinión para los ataques de intensidad elevada y frecuentes es una de las mejores opciones terapéuticas dado que no enganchan a diferencia de las benzodiacepinas y logran una bajada sostenida de la ansiedad y de las crisis.
- En algunos casos, los medicamentos ansiolíticos de corta duración como las benzodiacepinas (lorazepam por ejemplo) se utilizan para aliviar rápidamente los síntomas durante un ataque de ansiedad. Pueden ser una solución temporal pero nunca de forma mantenida dado que generan dependencia y no solucionan el problema a largo plazo.
Terapias
- La terapia cognitivo-conductual es una de las terapias más efectivas para tratar los ataques de ansiedad. Ayuda a identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y los comportamientos relacionados con la ansiedad.
- La terapia de exposición progresiva se utiliza para enfrentar gradualmente los miedos y situaciones que desencadenan los ataques de ansiedad. Siempre acompañada y supervisada por el terapeuta puede lograr resultados increíbles superando y afrontando situaciones que evitamos por miedo a tener un ataque de ansiedad o sentirnos mal como por ejemplo en algunos casos puede ser ir a un centro comercial.
- La terapia con técnicas de relajación, como la respiración profunda o abdominal y la relajación muscular progresiva, puede ayudar a reducir la ansiedad y promover la calma durante un ataque.
Es importante buscar la ayuda de un profesional de la salud mental para determinar el tratamiento adecuado. El tratamiento individualizado puede ayudar a controlar los ataques de ansiedad y mejorar la calidad de vida.
Importancia de buscar ayuda profesional
Ante la presencia de ataques de ansiedad frecuentes o que interfieren con nuestra vida diaria, es fundamental buscar ayuda profesional. Un adecuado tratamiento médico y terapéutico puede marcar la diferencia en la gestión de estos episodios.
Los especialistas en salud mental, como psicólogos y psiquiatras, cuentan con los conocimientos y herramientas necesarias para brindarnos el apoyo necesario en el manejo de los ataques de ansiedad. Su experiencia nos permitirá comprender las causas subyacentes y nos proporcionarán estrategias eficaces para controlarlos.
La terapia cognitivo-conductual, junto con el uso de medicamentos, como antidepresivos, ha demostrado ser altamente efectiva en el tratamiento de los ataques de ansiedad. Estas intervenciones nos ayudan a identificar patrones de pensamiento negativos y a modificarlos, así como a desarrollar técnicas de relajación y manejo del estrés que nos serán de gran utilidad en nuestro día a día.
No debemos subestimar el impacto que los ataques de ansiedad pueden tener en nuestra vida cotidiana. No solo afectan nuestra salud emocional, sino que también pueden influir negativamente en nuestro rendimiento académico o laboral, nuestras relaciones personales y nuestra calidad de vida en general.
Por ello, es esencial buscar ayuda profesional cuanto antes. No permitamos que los ataques de ansiedad nos limiten, existen soluciones y recursos disponibles para superarlos y llevar una vida plena y equilibrada.
Prevención y autocuidado para evitar futuros ataques de ansiedad
Para evitar futuros ataques de ansiedad, es fundamental tomar medidas preventivas y practicar el autocuidado. A continuación, se presentan algunas estrategias que pueden ser de utilidad:
- Identificar y gestionar el estrés: Identificar las situaciones que generan estrés y buscar formas de manejarlo, como practicar técnicas de relajación, meditación y respiración profunda.
- Mantener un estilo de vida saludable: Cuidar la alimentación, realizar ejercicio regularmente y dormir adecuadamente puede ayudar a mejorar la salud mental y reducir la probabilidad de sufrir ataques de ansiedad.
- Evitar sustancias desencadenantes: Limitar o evitar el consumo de sustancias como alcohol, drogas recreativas y cafeína, ya que pueden aumentar la ansiedad y desencadenar ataques.
- Establecer rutinas regulares: Mantener una rutina diaria estructurada puede proporcionar un sentido de estabilidad y reducir la ansiedad.
- Buscar apoyo social: Mantener una red de apoyo con amigos y familiares puede ayudar a sobrellevar las dificultades emocionales y reducir la sensación de aislamiento.
- Practicar actividades de relajación: Realizar actividades que ayuden a relajarse, como practicar hobbies, escuchar música calmante o leer, puede ser beneficioso para controlar y prevenir los ataques de ansiedad.
Es importante tener en cuenta que cada persona es única y lo que funciona para una puede no funcionar para otra. Si los ataques de ansiedad persisten o interfieren significativamente en la vida diaria, es recomendable buscar ayuda profesional para recibir un tratamiento adecuado y personalizado.
Impacto de los ataques de ansiedad en la vida cotidiana
Los ataques de ansiedad pueden tener un impacto significativo en la vida cotidiana de quienes los experimentan. Estos episodios repentinos de miedo intenso pueden generar un gran malestar emocional y físico, lo que puede dificultar el desempeño normal en diferentes aspectos de la vida.
- Relaciones interpersonales: Los ataques de ansiedad pueden afectar negativamente las relaciones personales, ya que las personas que los sufren pueden sentirse inseguras, frustradas o avergonzadas. Esto puede llevar a la evitación de actividades sociales y aislamiento.
- Rendimiento académico o laboral: El estrés y la preocupación constantes causados por los ataques de ansiedad pueden dificultar la concentración y el rendimiento en el trabajo o en los estudios.
- Sueño y descanso: Las personas que experimentan ataques de ansiedad pueden experimentar dificultades para conciliar el sueño y tener un descanso adecuado, lo que puede llevar a la fatiga y a una disminución de la energía.
- Actividades diarias: Los ataques de ansiedad pueden limitar la participación en actividades cotidianas, como salir de casa, conducir o realizar tareas domésticas, generando un sentimiento de incapacidad e impotencia.
En general, los ataques de ansiedad pueden alterar la calidad de vida y provocar un constante estado de preocupación y temor. Por ello, es fundamental buscar ayuda profesional para gestionar estos episodios y poder recuperar el bienestar emocional y funcionamiento adecuado en la vida diaria.
Un caso real: Cómo Laura perdió parte de su vida durante todo un año por culpa de las crisis de ansiedad:
Laura es una paciente de 13 años que acudió a nuestra consulta porque lleva 6 meses sin ser capaz de acudir al colegio. Resulta que cuando estaba realizando un examen de recuperación comenzó a sentirse indispuesta de la barriga. Solicitó a su profesor poder salir al baño un segundo pero éste le dijo que no era posible hasta que no finalizase el examen. Laura comenzó a ponerse sumamente nerviosa y vomitó en la mesa delante de toda su clase. Se sitió muy observada y su nerviosismo no paró de aumentar. Salió llorando de clase y llamó a sus padres para que acudieran a por ella a recogerla.
Desde ese día Laura comenzó a tener miedo de que esa situación del vómito se pudiera repetir otra vez delante de más gente y revivir la vergüenza que sintió en ese momento. Por ese miedo dejó de ir a clase y cuando salió a comer al restaurante al que siempre iba con sus padres y su hermano comenzó a sentir un intenso dolor de estómago, se aceleró su pulso y comenzó a sentir una presión enrome en el pecho que no era capaz de tolerar. Tuvo que salirse llorando con un ataque de ansiedad y se negó a volver a pisar un resturante hasta que acudió a nuestra consulta.